lunes, 3 de octubre de 2011

EL PROBLEMA DE LOS CFC

Los CFC son de hidrocarburos polifluorohalogenados (formados por moléculas que contienen carbono, hidrógeno, flúor y cloro, en distintas proporciones) con multitud de usos industriales: 
  • propelentes para aerosoles (11, 12, 114): su uso en este campo se ha visto reducido en los últimos años por problemas de coste y están siendo sustituidos por el butano.
  • expandido de plástico (11,12,113,114): se usan como vehículo de expansión en la formación de espumas de poliuretano.
  • líquidos frigoríficos y acondicionamiento de aire (11, 12, 12, 22, 113, 114, 115, 12B1, 13B1)
  • instalaciones fijas contra incendios (12B1, 12B2, 13B1, 114B2).
  • lavado y desengrase industrial (11, 113).
  • limpieza textil y otros usos como alternativa a los disolventes orgánicos característicos.
Son compuestos moleculares de gran volatilidad (bajo punto de ebullición) y la mayoría son gases en condiciones ordinarias. Son bastante inertes químicamente (escasa reactividad), solubles en líquidos apolares (disolventes orgánicos) e insolubles en agua. En general, son compuestos relativamente inocuos, aunque a concentraciones elevadas se han descrito efectos tóxicos en ojos (Freón 11), sistema nervioso central (Freones 12 y 113) y periférico (Freón 11). Por otra parte, las organizaciones ecologistas han señalado los peligros que tiene su uso indiscriminado para las capas de ozono de la alta atmósfera (capas que son protectoras para la Tierra).


Estos compuestos elaborados por el hombre, fueron sintetizados a partir de 1932, en respuesta a la necesidad de compuestos inocuos, inodoros, no inflamables ni corrosivos y baratos, para sustituir a los gases que se usaban en aquella época para los equipos de refrigeración (que presentaban ciertas propiedades indeseables). Más tarde, fueron empleados para otros usos –por ejemplo, aerosoles- para los que resultaban candidatos excelentes al no aportar color, olor ni sabor a las sustancias que propulsaban al exterior del envase. 

Desafortunadamente, hacia 1973 se descubrió que estas moléculas se van acumulando en la atmósfera sin descomponerse y acaban viajando a zonas más altas donde, por la acción de la radiación solar, terminan descomponiéndose y liberando átomos de cloro que alteran la proporción de ozono en la estratosfera y ponen, por tanto, en peligro la protección que recibimos de dicha parte de la atmósfera. Por esta razón, en la actualidad se está ensayando el uso de mezclas de propano y butano como alternativa.


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