Los CFC son de hidrocarburos polifluorohalogenados (formados por moléculas que contienen carbono, hidrógeno, flúor y cloro, en distintas proporciones) con multitud de usos industriales:
- propelentes para aerosoles (11, 12, 114): su uso en este campo se ha visto reducido en los últimos años por problemas de coste y están siendo sustituidos por el butano.
- expandido de plástico (11,12,113,114): se usan como vehículo de expansión en la formación de espumas de poliuretano.
- líquidos frigoríficos y acondicionamiento de aire (11, 12, 12, 22, 113, 114, 115, 12B1, 13B1)
- instalaciones fijas contra incendios (12B1, 12B2, 13B1, 114B2).
- lavado y desengrase industrial (11, 113).
- limpieza textil y otros usos como alternativa a los disolventes orgánicos característicos.
Desafortunadamente, hacia 1973 se descubrió que estas moléculas se van acumulando en la atmósfera sin descomponerse y acaban viajando a zonas más altas donde, por la acción de la radiación solar, terminan descomponiéndose y liberando átomos de cloro que alteran la proporción de ozono en la estratosfera y ponen, por tanto, en peligro la protección que recibimos de dicha parte de la atmósfera. Por esta razón, en la actualidad se está ensayando el uso de mezclas de propano y butano como alternativa.
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